COMENTARIO:
No
podemos simplemente pensar que la muerte no llegara a nosotros, siendo jóvenes,
nadie sabe cuántos años durará su vida, ni que sucede después de la muerte; sin
embargo, en nuestra sociedad nos han enseñado que los adultos mayores son
quienes más se acercan a esta culminación del ciclo de la vida.
Aunque
no en todas las culturas se ve este tema de la misma forma, todo lo contrario,
en algunos países se “reverencia” de cierta manera a la muerte porque se cree
que después de ésta continúa una etapa más
satisfactoria y tranquila, “el nacimiento de una vida espiritual”.
Sin
embargo, no importa como la veamos, ésta siempre estará presente, no se fija en la edad, ni en el
tipo de vida que la persona haya llevado, simplemente es un estado natural que
llegara a nosotros para dar fin a la vida corporal y según algunas
culturas, dar inicio a la vida más allá
de la muerte.
Muchas
personas le temen, especialmente los
ancianos ya que se sienten más próximos a ella por su edad y no se sienten capaces de
afrontarla porque se sienten menos fuertes y sus capacidades se han ido
deteriorando con el tiempo, sus habilidades ya no son las mismas y de la fuerza
con la que contaban en su juventud ya prácticamente no existe.
La
muerte es un estado natural, es algo inherente a nosotros, no podemos rechazarla,
ni evitarla, simplemente llega y aunque no se sabe (ni siquiera
científicamente) que sucede después de la muerte tarde o temprano esta legara a
cubrirnos con su frio y escalofriante abrigo.
La
vejez es una etapa muy bonita pero un
poco difícil, ya que debemos aprender a afrontar diferentes problemas físicos, psicológicos
y orgánicos, pueden presentarse algunas crisis fisiológicas que pueden llegar a
desencadenar problemas emocionales, psicológicos e incluso de personalidad.
“La etapa de la
vejez se caracteriza por determinados trastornos orgánicos pero, lo que los
agrava es el valor simbólico que reviste” (Papalia, 2004, p.56).
La
manera en la que veamos y afrontemos esta etapa de la vida es la que marca la
diferencia de cómo vivirla, no debemos verla como algo extraño o difícil así el
paso por este sendero se hará más tranquilo y llevadero, lo ideal es vivirla de la manera más digna posible.
CARMEN BAZURTO
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